¿Qué es Arteterapia?


La arteterapia es una poderosa vía de trabajo que utiliza el proceso de creación a través del lenguaje artístico para acompañar y facilitar procesos psicoterapéuticos y promover el bienestar bio-psico-social, a aquellas personas que así lo requieran.

La Asociación profesional Española de Arteterapeutas (ATE, 2013) define arteterapia como “una profesión asistencial que utiliza la creación artística como herramienta para facilitar la expresión y resolución de emociones y conflictos emocionales o psicológicos”.

La Arteterapia es un camino global para acompañar a la persona en su crecimiento y su salud. Se sirve de lenguajes múltiples e interrelacionados (escultura, collage, vídeo, escritura, música, teatro, pintura, performance, dibujo, etc), considerando el arte y el cuerpo como la base, canal y sostén de todo el proceso.

Las siguientes características representan algunos de los rasgos más importantes de la arteterapia.

• Proyección artística
• Relación triangular (obra, participante, arteterapeuta)
• Espacio terapéutico seguro
• Experiencia no verbal
• Espacio de juego
• Prevalencia del proceso artístico sobre la obra final

Historia
La historia de la arteterapia está marcada por múltiples orígenes desde la más alta antigüedad ya que el carácter universal del arte ha contribuido históricamente a considerar la práctica y la contemplación artística como actividades que proporcionan bienestar. (AFIA, 2013).
En 1942, el artista Adrian Hill, otorgó el termino “arteterapia” para referirse a un proceso por el cual la actividad artística proporcionaba al enfermo un incremento del bienestar emocional. Cinco años más tarde, Margaret Naumburg utilizaba por primera vez el proceso artístico dentro de su trabajo como psicoanalista y a finales de 1950, Edith Kramer comenzó a trabajar como arteterapeuta con los niños de la Wiltwyck School, orientando su trabajo a la capacidad terapéutica de la propia práctica artística.. Los enfoques de Naumburg y Kramer son bien diferentes ya que si Naumburg se focalizaba en las teorías psicoanalíticas, Kramer por el contrario, se centraba en la potencialidad que ofrece el propio proceso de creación artística.
Tras la puesta en marcha de los primeros programas de estudio en EEUU, en 1964 comienzan a aparecer las primeras asociaciones de profesionales de arteterapeutas, que continúan ampliando su número hasta la fecha de hoy.

Arteterapia Humanista
En mis sesiones empleo un enfoque humanista, es decir es una visión holística que integra todos los niveles del ser humano (físico, emocional, mental y espiritual), partiendo de la base de la autorregulación del organismo, con la confianza en que la persona dispone de los recursos necesarios para alcanzar su propio equilibrio y desarrollar su potencial.
Un terapeuta humanista siempre acompaña el proceso terapéutico desde una presencia atenta y respetuosa, teniendo en cuenta todos los aspectos implicados en la relación terapeuta-cliente con una perspectiva de igualdad mutua.

La arteterapia humanista se basa en muchas de las teorías de la Gestalt y en los enfoques humanistas de Maslow y de Carl Rogers. Según Rogers (1961), “el paciente es el que lleva el peso de la terapia” y no el terapeuta. Afirma que una relación interpersonal centrada en el paciente proporciona la atmósfera ideal para el cambio y propone que los pacientes son capaces de analizar sus experiencias de una forma abierta y de encontrar soluciones para sus propios problemas. Los pacientes deben experimentar sus introspecciones por sí mismos, en la vida cotidiana, fuera de la consulta de su terapeuta. Un abordaje autoritario en la terapia parece resultar fabuloso en la primera parte de la terapia, pero al final solo crea una persona dependiente.
Los principales temas de investigación humanista son la espontaneidad, la creatividad, la satisfacción personal y el alcance de los estados de plenitud. En definitiva, la arteterapia con enfoque humanista trata de abrir canales de autoexpresión y autoconocimiento, mediante los procesos artísticos, los cuales aportan a la persona la capacidad de explorar sus propios recursos.