Resulta fascinate la cantidad de recursos que podemos encontrar en un bosque o en un acantilado, así como sus cualidades físicas y su carga emocional.
Un bosque de Cóbreces fue el lugar perfecto para nuestra primera experiencia. La elección del lugar puede darse de diferentes maneras y aunque buscábamos un flechazo, aquello no sucedió y tardamos más de hora y media en encontrar "nuestro espacio". El proceso comienza desde esa búsqueda, propiciada por la escuha interna y externa, es decir por aquelo que sentimos y aquello que nos cuenta el propio paisaje.
Es curioso como una niña al vernos comenzó a hacer una colección de piedras y cuando la espiral tomó un tamaño como para llamar la atención de los paseantes, un grupo de niñas se sumó a la creación.
Al alejarnos de la espiral, pudimos ver como nuevos visitantes se acercaban y continuaban poniendo piedras. Un regalo para nosotros, para el acantilado y para sus huéspedes.
Alrededor de la base del tronco dispuse un círculo con palos y éste relleno de hojas caidas. Su propio abono, el ciclo de la vida cerrado, completo, como un círculo...
Un punto de vista nos regalaba la idea de que la sombra era el reflejo del árbol, su proyección dentro del espejo, debajo de la tierra, la dualidad, el Yin y Yang.
Podríamos seguir buscando el simbolismo de estas acciones, pues en este caso, es después de hechas cuando está aflorando su significado y resonando en mí más fuerte aún, pues el poder de la naturalez unido al arte y a la creación nos convierte en seres más sensibles, más atentos y más conscientes.
Si reflexionamos un poco más sobre la creación o el arteterapia en la naturaleza podremos observar que dicha pŕactica ofrece una oportunidad para realizar rituales privados que giren en torno a la materia. Por ejemplo, una escultura de arcilla hecha en respuesta a la muerte de un ser querido puede ser colocada al lado de un río o mar para disolverse con la marea. Tales acciones pueden proporcionar un enorme alivio emocional y liberación. Cada sendero es único y fascinante, al igual que cada persona y las emociones que habiten en ella en ese momento. Un agujero en el suelo puede que nos lleve a pensar en la depresión, una explosión de rojos otoñales en el amor, una nueva planta en un recién nacido o una cama de musgo y plumas en un hogar seguro y feliz.
El enfoque de Sweeney, aún emergente, sobre la "Eco-Arteterapia", se basa en la ecopsicología y la arteterapia. La Eco-Arteterapia puede animar a una persona a encontrar una conexión con la naturaleza y sentir su lugar en el mundo, sintiendo la conexión consigomismo en presencia de la naturaleza y sin necesidad de palabras. Puede ayudar a vigorizar los sentidos y a aflorar emociones o recuerdos. El entorno natural despierta la creatividad de las personas. Además, cuando la obra de arte se genera al aire libre nos transmite sensaciones diferentes al alterar el medio ambiente. La acción se ve completada ya que, por otro lado, el medio ambiente también puede afectar al arte de una manera más directa, como por ejemplo, dejando que el viento sople un dibujo de arena o que la puesta de sol alarge las sombras de un totem.
Fuentes:
http://www.environmentalartstherapy.co.uk/
http://www.ecopsychology.org/journal/gatherings6/html/Overview/overview_art_therapy.html