7 de julio de 2014

Arte con adultos y personas mayores


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A lo largo de este año académico han sido muchas las intervenciones que hemos realizado con personas mayores.


Hemos trabajado en residencias, centros de salud y espacios culturales. Y a aunque cada una de las experiencias vividas ha sido diferente, todas y cada una de ellas nos han hecho darnos cuenta de la importancia de la creatividad y de las prácticas artísticas en los adultos.


Los niños tienen esa capacidad de abstracción de la realidad y de inmersión en el juego que les hace volar la imaginación y ser creadores de nuevos mundos. Para ello emplean la imaginación, la fantasía y transforman lo conocido en lo novedoso. Pero siempre, partiendo de lo ya conocido, por esa razón, cuanto más rica sea la experiencia humana, tanto mayor será el material del que dispone esa imaginación. (Vygotskii. 2003: 17). Por eso la imaginación de un niño es más pobre que la de un adulto.


¿Qué ocurre entonces? ¿Porqué a medida que nos hacemos mayores se pierden esas facultades creativas?
La creatividad es algo que hay que practicar, todos somos seres creativos en potencia, pero si no fomentamos esos momentos en los cuales ser creativos y nos limitamos a repetir lo aprendido, sin introducir variaciones o tomar un camino completamente diferente, nos anquilosamos, nos vamos endureciendo.


Las experiencias vividas con los mayores nos enseñaron que siempre puede ser un buen momento para retomar aquello que dejamos de lado cuando comenzamos a crecer, que nunca es tarde para aprender ni para tener nuevas experiencias que permitan acercarnos de nuevo al niño, creador de mundos, que todos somos.













Vygotskii, L. S. (2003). La imaginación y el arte en la infancia (Vol. 87). Ediciones Akal.